La Vulgata es la versión de la Biblia en latín compuesta por San Jerónimo a comienzos del siglo V para cumplir el encargo que le hiciera el papa Dámaso I en 382. La intención era reemplazar a la Vetus latina, que resultaba inadecuada por haber sido traducida sin un criterio unificado y con calidad muy desigual. Al ser la versión sancionada oficialmente por la Iglesia católica, la Vulgata tuvo una gran difusión a lo largo de la Edad Media; el enorme número de ejemplares que se copiaron tuvo como consecuencia la deturpación del texto original debido a errores de copia, a la inclusión de lecturas de la Vetus latina y la inserción de glosas marginales dentro del texto. Al parecer de los expertos, los códices de la Vulgata que circularon en la Castilla medieval son del tipo sorbónico y más en concreto pertenecientes a la familia Omega. De las biblias medievales en castellano son traducción de originales en latín los códices que forman la Biblia prealfonsí (E6 y E8), las partes bíblicas de la General estoria y el libro de Job de López de Ayala. Además, en los demás códices también son traducción de la Vulgata las partes deuterocanónicas (Tobit, Judit, Macabeos 1-2, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc). En la Biblia de Alba, los Salmos están traducidos del Salterio Galicano; el resto del códice es traducción del hebreo si bien con numerosas lecturas tomadas de la Vulgata. También son traducción de la Vulgata los Salmos del códice E4. En el corpus Biblia medieval incluimos una versión de la Vulgata para facilitar la consulta con el texto latino. Debido a la gran cantidad y heterogeneidad de los códices bíblicos en latín que circularon en la Edad Media, el estudio detallado del modelo subyacente de las traducciones castellanas requiere emplear una edición de la Vulgata con aparato crítico así como tener en cuenta la Vetus latina.